¿Qué es el Beatmaking?
Aunque el desarrollo de la cultura Hip Hop, y más concretamente de la música Rap, está especialmente marcado por su evolución durante la década de 1990, que tuvo como abanderados a grandes raperos de la época que trastocaron la visión lírica y de la actitud del propio género como Tupac, Notorious Big, Wu-Tang Clan o Nas, lo cierto es que detrás de todos estos genios que elevaron el estilo y lo moldearon hasta ser lo que hoy en día se entiende como música Hip Hop o Rap, existen también grandes figuras que fueron los compositores de las instrumentales de las obras de decenas de raperos conocidos hoy en día alrededor del globo. Hablamos de la en ocasiones desconocida figura del beatmaker, que en la actualidad goza de más reconocimiento e importancia que nunca, pero que en la época del nacimiento de la cultura del beatmaking no fueron tan conocidos ni agraciados como deberían haber sido.
Inicios
El beatmaking surge en la década de 1980 como un movimiento musical contracultural, en el que los DJs o beatmakers eran capaces de generar música mediante el sampleo de grabaciones musicales ya existentes y otras técnicas gracias al desarrollo tecnológico que la industria musical estaba experimentando. El beatmaking tiene su auge dentro de la cultura Hip Hop principalmente a partir de mediados de la década de 1990 por, tal y como hemos comentado, la popularidad que la música Rap llegó a alcanzar en aquellos años, pero lo cierto es que hasta entonces el beatmaking ya había sido ampliamente desarrollado y explorado mientras que la música Hip Hop cantada que comprendemos como Rap aún estaba casi en pañales.
Todos somos conscientes de las diferencias musicales entre el sonido del Rap de la costa oeste con el sonido del Rap de la costa este, esto lógicamente tuvo su repercusión en la cultura del beatmaking, ya que ambas corrientes presentaban características y empleaban recursos muy distintos aunque a fin de cuentas los creadores de beats, o beatmakers, de ambas zonas empleaban los mismos métodos creativos y las mismas herramientas tecnológicas. Por lo que aunque si bien es cierto que la propia cultura del beatmaking destaca por su heterogeneidad, podemos hallar pautas y propiedades que aúnan todo el movimiento dentro de una misma conceptualización del proceso creativo de la música.
Uno de los hechos significativos que hizo expandir la cultura del beatmaking hasta nuevos horizontes fue la creación de la mítica TR-808 de Roland, una caja de ritmos no sólo empleada en el Rap y en la música instrumental Hip Hop, sino que además fue un dispositivo que sirvió de base para géneros musicales como el Techno y también fue utilizado por muchísimos artistas como Phil Collins o Whitney Houston, que poco o nada tenían que ver con el Hip Hop o los beatmakers. Por ello no se puede decir que la puesta al mercado de la TR-808 fuera una revolución exclusiva para el beatmaking o la música Hip Hop en general, pero sí que marcó un antes y un después en las producciones musicales de la década de los 80 en adelante.
Desarrollo
Probablemente la primera gran revolución dentro del beatmaking desde su nacimiento fue la que experimentó a partir de la comercialización de la mítica MPC60 de la compañía Akai en el año 1988, que del mismo modo que ocurrió con la Roland TR-808, no sólo fue una revolución para la música Rap y el Hip Hop instrumental, sino que también resultó serlo para la música global en general, ya que la MPC60, y el resto de dispositivos de la serie MPC, fue utilizada por grandes músicos como Jean Michael Jarre o Moby. Lo cierto es que su influencia fue tal que cuesta encontrar álbumes de Rap desde finales de los 80 hasta la década de los 2000 que no fueran producidos parcial o completamente empleando la Akai MPC60 como base fundamental del proceso creativo. De hecho existen numerosos ejemplos en el Rap contemporáneo moderno de a partir de los 2000 de discos que fueron creados con la ayuda de consolas Akai MPC.
Aunque grandes beatmakers como Dj Premier o Dj Shadow habían desarrollado y experimentado como nunca antes en la magia del sampling y los secuenciadores, a grandes rasgos la tecnología no amplió tanto los márgenes creativos como lo hizo con la facilidad y el flujo de trabajo, ya que cada vez más las nuevas máquinas permitían un control más exhaustivo y simplificado del proceso de producción. Una vez más, como ha ocurrido en numerosas ocasiones en la historia de la música, el desarrollo creativo de la misma no vino tan expresamente marcado por la evolución tecnológica de los aparatos e instrumentos que permitían llevar a cabo su evolución, sino que explotó gracias a la creatividad y expresividad de genios del beatmaking como los ya nombrados.
El Beatmaking hasta nuestros días
A partir de finales de la década de 1990 hasta principios de los 2000 en adelante el beatmaking sufre su segunda gran revolución de la mano de grandes beatmakers como J Dilla, que experimentaron con nuevas técnicas de sampleo y secuenciación, el desarrollo de la síntesis, la exploración de nuevos compases, cadencias, grooves y estructuras polirítmicas que traerían a la escena musical Hip Hop nuevas maneras de comprender la música instrumental. Álbumes extraordinarios e influyentes como Phrenology de The Roots, Donuts de J Dilla o Backout! de Method Man y Redman, entre muchos otros, que fueron tan sumamente importantes y relevantes para la cultura del beatmaking a principios de siglo, guardan el nexo común de que todos fueron grabados y mayormente producidos en los célebres estudios Electric Lady fundados por el mismísimo Jimi Hendrix en los años 70.
Desde principios de la década de los años 2000 la digitalización de los procesos de producción y post-producción musical sufre una explosión, cuando el monstruoso avance de la tecnología y también de la accesibilidad a nivel usuario a la misma experimentó un crecimiento exponencial. El nuevo abanico de posibilidades técnicas que se abría fue aprovechado por músicos y beatmakers de todos los lugares del mundo, por lo que el beatmaking dejaba de ser de una vez por todas un movimiento entre comillas contracultural y poco conocido para el gran público, a ser un movimiento de masas al que toda clase de artistas se sumaron dando lugar a algunos de los discos autoproducidos más excelentes de la historia, gracias al uso tanto de dispositivos hardware como de las nuevas tecnologías software digitales.
Hasta el día de hoy la cultura del beatmaking se ha expandido a toda clase de géneros musicales y a toda clase de músicos y productores que han absorbido las técnicas propias de este movimiento hasta hacer de la figura del beatmaker un artista todoterreno capaz de producir instrumentales, componer canciones o tocar instrumentos.